Factoring: qué es y cómo te puede financiar tu negocio


Cuando emprendes un negocio, la emisión y cobro de facturas es una de las cuestiones más relevantes. La supervivencia de una empresa, depende como es lógico de sus ganancias, las cuales provienen del pago por los servicios prestados.

Sin embargo, estos pagos pueden retrasarse algunas veces, afectando a la liquidez de la sociedad o autónomo.

Evidentemente, la liquidez es necesaria para el correcto funcionamiento de una empresa, ya que se necesita disponer de dinero en caja para adquirir los materiales necesarios para poder llevar a cabo la actividad, pagar a los empleados, etc.

Muchas sociedades, especialmente pymes, se ven en la necesidad de buscar métodos de financiación para no quedarse sin liquidez cuando el cobro de sus facturas se retrasa.

Factoring: ¿qué es?

Cuando la gente se plantea métodos de financiación, el primero en el que suelen pensar todos es en los préstamos bancarios. De hecho, son muchos los que no conocen otras opciones más allá de esta.

Si nos fijamos en lo sucedido durante la pandemia, en la que la mayoría de las empresas se vieron obligadas a paralizar su actividad.

Por tanto, dejaron de cobrar, podemos ver como muchos autónomos y pequeñas y medianas empresas optaron por la opción de los préstamos ICO, líneas de crédito concedidas por el Instituto de Crédito Oficial.

Líneas ICO

Sin embargo, sí existen otros métodos de financiación que permiten a los negocios obtener liquidez de forma rápida. Uno de ellos es el Factoring.

Hablamos de un método que tiene sentido especialmente cuando la falta de liquidez se debe al tiempo que tarda una empresa en cobrar sus facturas.

En qué consiste el factoring

La empresa cede a una entidad especializada los derechos de cobro. Esto quiere decir que, cuando prestamos un servicio y emitimos una factura por él, “venderíamos” a otra entidad el derecho a cobrar dicha factura.

De este modo, la entidad nos adelantaría el dinero y lo cobraría posteriormente, a cambio de una comisión.

préstamo banco a cambio de una comisión

Es cierto que ceder los derechos de cobro implica que parte de ese beneficio que nos corresponde se lo quedaría la entidad (generalmente un banco). Pero piensa que nos ofrecería, a cambio, la ventaja de obtener el dinero de forma mucho más rápida, algo necesario si nos vemos faltos de liquidez.

No olvidemos que esta es la gasolina que una empresa o autónomo necesitan para seguir funcionando. Aun así, como empresa hay que dejar claros los plazos y marcar límites para que no haya que recurrir a esto constantemente.

Tipos de factoring

En esencia, podemos hablar de dos tipos de factoring: con recurso y sin recurso:

  • Factoring con recurso: En este caso, la entidad que ejerce como factor, no se hace cargo de los impagos de los deudores. Agotará todas las vías posibles para el cobro de las deudas pendientes, pero en caso de no conseguirlo, devolverá las facturas a la empresa que las ha cedido.
  • Factoring sin recurso: El factor sí asume el impago de las facturas, liberando a la empresa.

¿Cómo funciona el factoring?

Para entender con detalle cómo funciona el factoring, lo mejor es ver un ejemplo práctico. Imagina que tu empresa presta un servicio a otra, y le emite una factura de 6.000 euros.

El plazo para pagar esa deuda, es de un mes. Sin embargo, tu negocio necesita contar con liquidez en el plazo máximo de 15 días, debido a que tienes que pagar a los proveedores.

En ese caso, si recurres al factoring, acudirías a otra entidad y le venderías los derechos de cobro por, digamos, 5.000 euros. De este modo, pasarías a tener esos 5.000 euros en la caja inmediatamente, y podrías abonar lo que debes a tus proveedores.

Por otra parte, el banco o entidad recibiría, en el plazo de un mes, los 6.000 euros. Dentro de ellos va el beneficio por adelantártelo.

No son pocos los que confunden este método de financiación con el confirming, pero no se trata de lo mismo.

factoring confirming
Economía 3

Las diferencias entre el factoring y el confirming residen en que el primero se centra en gestionar los cobros, y por tanto la relación entre empresa y deudor, mientras que segundo se enfoca en gestionar los pagos, es decir, la relación entre empresa y proveedor.

Así pues, en el factoring intervienen tres figuras:

  • Cliente/cedente: El que cede las facturas pendientes.
  • Deudor: Quien debe pagar las facturas pendientes.
  • Factor: La entidad financiera que ofrece el servicio del factoring.

Dicho esto, podemos afirmar que las entidades que ofrecen el factoring realizan diferentes tipos de servicios. Estos se pueden agrupar en financiación, cobertura de riesgo y cobro.

  • Financiación: Se anticipa el pago de determinadas facturas que una empresa no ha cobrado aún, proporcionándole liquidez;
  • Cobertura de riesgo: Protege frente al impago por parte del deudor, ya que en este caso es la entidad financiera la que asume dicho impago;
  • Cobro: Es la entidad la que gestiona el cobro de las facturas pendientes (salvo que se trate de factoring con recurso).

Ventajas y desventajas del factoring

Al igual que sucede con todos los métodos de financiación, el factoring tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

Dentro de lo positivo que aporta, destaca como una forma inmediata de conseguir liquidez, algo importante para el funcionamiento de cualquier empresa. Gracias a esa liquidez, se hace muchas veces posible el pago a proveedores, trabajadores, etc.

Por otra parte, también hay que comentar que se trata de un método al que no todas las empresas pueden acogerse. Cabe la posibilidad de que las entidades financieras no acepten adquirir los derechos sobre tus facturas.

No obstante, aunque la entidad acepte, la empresa debe valorar previamente los inconvenientes. Y es que el factoring, implica también asumir un gasto, ya que ceder tus facturas implica no cobrar el 100% de su importe, sino que la entidad se quede con una parte.

banco cheque

En definitiva, lo importante es poner en una balanza las cosas positivas y negativas que esto aporta. De esta forma podremos decidir si es o no la mejor opción para nosotros. Dependerá siempre de las circunstancias de la empresa, de la liquidez que necesite, etc.

Como ves, tener un plan de actuación por si hay algún retraso en el cobro de facturas o falta dinero en algun momento es vital para tu empresa. Lo mejor es que tengas una estrategia que te cubra las espaldas, pero es dificil hacerlo solo.

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