¿Sabes que es el micromanagement? Porque podría estar provocando efectos negativos en tu empresa, tus equipos y tus empleados. Los riesgos para tu negocio y tu ambiente laboral pueden afectar a la eficacia y al crecimiento de tu empresa.
En las próximas líneas te explicaremos qué es el micromanagement o micro gestión y cómo puede estar poniendo en riesgo a tu empresa. También te enseñaremos otro modelo de gestión que puedes implementar y consejos para evitar o suavizar el micromanagement.
Más adelante profundizaremos en el concepto, pero en términos generales, es un modelo de gestión no recomendado. Se basa en un control constante de los empleados, sus tareas y fechas de entrega. Tiene efectos negativos en ellos, en el manager o líder y en la empresa en general.
Puede ser útil en situaciones concretas, pero conviene llevarlo a cabo de forma leve y controlada. Es recomendable cambiar los modelos de gestión en base a las circunstancias del proyecto. Por eso te explicamos eso y mucho más para que lleves la gestión de tu empresa de la forma más eficiente posible.
El micromanagement es un método de gestión laboral en el que se lleva a cabo un control excesivo sobre los empleados de un negocio, empresa o proyecto. Esto incluye ejercer mucha presión sobre éstos y realizar una vigilancia excesiva e innecesaria sobre el trabajo de los empleados.
En términos generales, el micromanagement implica desconfianza en los equipos y empleados de la empresa. También indica una falta de capacidad para delegar tareas en los managers, leads, o jefes de equipo, además de los empleados. Esto puede desgastar al equipo tras un tiempo.
El micromanagement es una forma de gestión muy ineficaz, y provoca pérdidas de tiempo tanto para los puestos de responsabilidad como los empleados. Puede llegar a ser útil en determinadas situaciones, pero dependiendo de cómo se lleve a cabo.
El micromanagement puede acarrear diversos efectos negativos en los equipos de la empresa, y como consecuencia, en la eficacia y el crecimiento de la empresa. El exceso de control puede provocar que los empleados pierdan su iniciativa y motivación al sentir la desconfianza en su labor.
Además, si un alto cargo dedica su tiempo a las tareas menores de sus empleados, perderá tiempo para realizar sus propias tareas. Esto incrementa el estrés, el nerviosismo y la desvinculación de los objetivos profesionales. Lo ideal siempre es ahorrar tiempo.
Aunque pueda ser de utilidad en algunos casos, como con nuevos empleados que no tienen experiencia, pero también puede llegar a generar desconfianza, estrés o incluso rencor hacia el superior, por lo que debe efectuarse con cuidado. Con tales sentimientos negativos, el afterwork no será muy agradable.
Como ya hemos explicado, hay situaciones o proyectos puntuales en los que puede aplicarse el micromanagement o micro gestión, pero no tiene que convertirse en el modelo de gestión habitual. Hay varias vías para reducir los efectos negativos que produce en los empleados y en el ambiente laboral.
Si debe ser el modelo empleado hay que tratar de ser lo menos persuasivo posible, dando explicaciones de los objetivos, las labores y los cometidos de cada uno. Dar cierta libertad a los empleados puede incluso beneficiar al proyecto, ya que pueden aportar nuevas ideas.
Esto no implica que se dejen de supervisar y seguir las actividades y objetivos. Quiere decir que hay que depositar cierta confianza en el equipo, y permitirles un espacio seguro para que desempeñen sus tareas con normalidad.
El macromanagement es un estilo casi contrario al micromanagement, ya que implica una gestión más libre e independiente. Los managers o leads dan mayor libertad a los empleados para hacer su trabajo. Se opera en torno a una fecha límite y en alcanzar los objetivos marcados para esa fecha.
El gestor de equipos no ejerce un seguimiento diario sobre los empleados. Les permite decidir por su cuenta el camino que los llevará a cumplir su objetivo. Se puede hacer un seguimiento, pero más puntual y menos invasivo. Esto causará que los empleados se sientan más confiados y empoderados.
Así se involucrarán más en sus tareas del día a día, beneficiando a toda la empresa. Cabe recalcar que este tipo de gestión es el apropiado en ciertas situaciones, lo que no significa que deba ser la gestión habitual de toda la empresa. Hay que saber qué tipo de gestión es la ideal en cada situación.
Como ya hemos explicado, ambos modelos de gestión tienen sus diferencias, las cuales los hacen apropiados para diferentes ocasiones. Para saber cuál aplicar en cada momento conviene tener ciertos aspectos en cuenta.
Si el proyecto está a cargo de auténticos profesionales y expertos en la materia, conviene emplear el macromanagement para explotar al máximo su capacidad creativa y resolutiva. Se pueden hacer revisiones periódicas para estar al tanto del estado del proyecto, pero sin mermar la autonomía y confianza de los empleados.
Pero si la ocasión involucra a nuevos empleados con menos experiencia o se trata de un proyecto crítico que necesita ser ejecutado de una forma concreta puede ser útil la micro gestión. Para evitar errores o cambios innecesarios en la planificación se puede hacer un mayor seguimiento sin resultar invasivos.
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