La deuda no tiene por qué ser negativa. En el mundo empresarial, de hecho, es muy habitual solicitar un préstamo para la creación de una empresa, o bien para expandir un negocio ya existente. Una vez que este da sus frutos, el empresario puede ir pagándolo.
Sin embargo, las deudas sí que pueden convertirse en un problema cuando no se gestionan de forma correcta. Si se van acumulando, el negocio puede acabar en la quiebra incluso siendo rentable. ¡Pero tiene solución!
En este artículo, vamos a exponerte las mejores estrategias para gestionar la deuda de tu empresa.
Antes de saber cómo gestionar correctamente la deuda de tu empresa, es conveniente que sepas dónde puedes encontrar la mejor financiación.
Existen empresas que ofrecen altas cantidades de dinero en poco tiempo, pero antes de aceptar es conveniente que valores y compares los intereses de devolución del préstamo.
Cuando se trata de pedir dinero, recuerda que el acreedor siempre debe salir ganando, y si te ofrece unas condiciones demasiado idílicas, seguramente sea a cambio de unos enormes intereses. Esto, hace que tu deuda aumente.
Por eso te recomendamos buscar vías de financiación más seguras y, sobre todo, compararlas antes de tomar la decisión. La gestión de la deuda, empieza por comparar tipos de préstamo y elegir las mejores condiciones posibles:
Las entidades bancarias son las más populares cuando se trata de buscar financiación para una empresa. Es cierto, que requieren cierta solvencia, y no te prestan el dinero salvo que aportes garantías de que lo puedes devolver.
No obstante, hay bancos especializados en pymes y autónomos que pueden darte condiciones muy competitivas.
Una buena alternativa al endeudamiento es buscar empresas de capital privado que se dediquen a invertir en nuevos proyectos. A diferencia de los préstamos convencionales, estos inversores te prestarán el capital inicial a cambio de una participación en tu negocio.
Este tipo de financiación, conocido como crowdlending, es colectiva, lo que quiere decir que un grupo de personas, en conjunto, deciden financiar proyectos a cambio de la devolución del préstamo con intereses. Esta financiación se encuentra a través de plataformas especializadas en ella.
En esencia, todas las deudas funcionan de manera similar: se pide un dinero prestado y se devuelve con unos intereses en el plazo acordado con el prestatario. Pero hay una serie de factores que debes tener en cuenta.
De esta forma, con una buena gestión, te ayudarán a saldar tu deuda más rápido y sin problemas:
Como ya sabrás, el plazo de vencimiento es la fecha límite para saldar tu deuda. Cuanto menor sea, menos intereses pagarás, lo que te permitirá ahorrar más. Ahora bien, un plazo demasiado corto, puede obligarte a tener que refinanciar y, al final, acabar encareciendo las cuotas.
Adivinar la fecha ideal de vencimiento es casi imposible, ya que por lo general no sabes cómo de bien o mal puede funcionar tu negocio y de cuánto capital dispondrás para ir saldando tu deuda.
Por eso, lo mejor que puedes hacer es intentar negociar un préstamo en el que no te cobren por amortizar anticipadamente.
Así, podrás poner un plazo de vencimiento superior al necesario, pero ir amortizando deuda si las cosas van bien para no pagar intereses de más.
Si tú o tu empresa os encontráis en una situación solvente porque no acumuláis deudas, es posible que la entidad que os vaya a prestar dinero te ofrezca una cuantía superior a la que necesitas. Es lógico, si tenemos presente que cuanto mayor sea el préstamo, más intereses cobrará la entidad.
El dinero puede ser muy tentador, pero es preferible que te ciñas a lo que necesite tu negocio estrictamente. Pedir más de lo necesario puede resultar en una cuota demasiado elevada, y si las cosas no van según lo previsto puedes llegar a verte en una situación financiera comprometida.
Tras pedir el préstamo y comenzar con tu proyecto, tendrás que gestionar tu presupuesto entre los gastos que genere tu empresa y las cuotas de amortización que estés pagando. Pero, ¿cómo saber si el equilibrio es el correcto?
Para tener claro si tu deuda es demasiado alta y valorar opciones para reducirla, debes analizar la diferencia de ingresos y gastos. Si tus ventas van según la previsión, y con ello cubres todos los gastos, pagas tu deuda y te queda un beneficio (sea grande o pequeño), es que tus cuentas están saneadas.
Sin embargo, si apenas te da para cubrirlo todo, deberás plantearte que probablemente tengas más deuda de la que te puedes permitir.
Para estar seguro, divide la deuda pendiente entre el patrimonio neto. Un resultado por encima de 0,6, se considera demasiado alto. Si el resultado es inferior, pero no cubres todos tus gastos, deberás plantearte recortarlos.
Si descubres que la deuda de tu empresa es muy alta, estas medidas que pueden ayudarte a reducirla:
Las condiciones de financiación se actualizan constantemente, y es probable que estés pagando intereses más elevados de la media. Consulta con otras entidades la posibilidad de cambiar tu préstamo.
Busca la forma de dar una vuelta a tu negocio para generar más ingresos. Si llevas años sin subir precios, puedes ajustarlos al alza. En caso de ofrecer servicios de larga duración, puedes establecer un sistema de pago por adelantado para ir amortizando parte de tu deuda.
A veces, el problema no es la deuda en sí, sino lo elevados que son los gastos del negocio. Revisa los gastos mensuales de tu empresa y busca la forma de recortarlos.
Puedes negociar con nuevos proveedores, cambiar de compañía eléctrica, buscar una empresa de telefonía más barata, cambiar el seguro de responsabilidad civil, etc.
En Yoigo Negocios te damos los mejores consejos para gestionar las deudas en tu empresa. Entra en nuestra web o llámanos al 900 622 500 y te ayudaremos en todo lo que necesites.