Del cobre a los cereales: ¿pujan las materias primas con inflación?


La inflación está azotando a los países desarrollados, después del aumento del dinamismo económico tras la pandemia, y como consecuencia de los cuellos de botella que se han formado en las cadenas de producción. En este contexto, las materias primas han disparado su precio y la cuestión es si resultan interesante ante este nuevo escenario.

El precio del cobre, el de la madera o el de los cereales son algunas de las referencias que muchos inversores tienen tomando como referencia el futuro. Los expertos explican con detalle cuáles son sus perspectivas de cara al horizonte que está por venir.

La referencia del cobre en el corto plazo como apuesta de cartera

Gran cantidad de analistas consideran que el cobre ya ha entrado en una cota que representa un indicador negativo de la recuperación económica que ya se había iniciado en los mercados desarrollados, aunque como referencia del corto plazo.

El metal ha descendido ya un 15% desde el máximo que conquistó el pasado mes de mayo. En la semana pasada el precio cayó a 4 dólares por unidad, después de haber roto los 4,20 dólares, un soporte que había actuado como referencia hasta ahora.

Durante el retroceso del precio del cobre, después del impresionante recorrido alcista que ha trazado durante el presente ejercicio, tocó un nivel cercano a los 4,20 dólares en 2 ocasiones, antes de recuperarse desde esa zona.

El metal parecía haber encontrado un soporte técnico clave a 4,20 dólares”, confirma en una nota distribuida a sus clientes institucionales Tom Essaye, fundador de Sevens Report Research.

No obstante, la pérdida de ese nivel puede traducirse en que los inversores ahora están particularmente nerviosos por la recuperación económica. Essaye, de hecho, señalaba a principios de este mes que, si el cobre cae por debajo de los 4,20 dólares, se generarían preocupaciones sobre la sostenibilidad del crecimiento económico.

Una caída por debajo de un nivel clave, no muy lejos del precio actual, podría indicar un debilitamiento de la confianza sobre la demanda y un empeoramiento de las perspectivas económicas”, advierte el experto y fundador de Sevens Report Research.

El contexto tiene una explicación que va más allá. Los expertos de Goldman Sachs exponen en un informe reciente que las empresas compran más cobre cuando necesitan construir más maquinaria o materiales para fabricar más productos, lo que hace que la reducción de la demanda del metal sea un indicador negativo del crecimiento económico.

A los inversores les ha preocupado que el crecimiento económico se ralentice”, describe el banco de inversión estadounidense.

Otro dato representativo de este escenario es que, en la última encuesta a gestores de fondos realizada por Bank of America, un 27% esperan una economía más fuerte el próximo año, lo cual es un 47% menos que hace un mes.

La angustia se ha unido a un panorama cada vez más preocupante para el crecimiento económico. Los nuevos acontecimientos ahora están ejerciendo aún más presión sobre la expansión económica a futuro.

La propagación de la variante delta está provocando que las fábricas y los puertos, especialmente en China, se hayan visto avocados al cierre, cortando el acceso de las empresas a los suministros necesarios para satisfacer la demanda.

A medida que la producción en China se ha debilitado, también lo ha hecho el precio de los metales”, escribe en una nota David Lubin, director de economía de mercados emergentes de Citi.

Por supuesto, las limitaciones de la cadena de suministro podrían aliviarse bastante pronto, lo que desbloquearía un mejor crecimiento económico y haría que el cobre tuviera un mayor potencial de largo plazo.

Es una materia prima que tener en el radar, a pesar de las turbulencias de corto plazo”, asegura José Luis Cárpatos, director de inversiones de Gloversia Eafi.

El auge de los vehículos eléctricos dispara a las materias primas que actúan de conductores de la electricidad

Pero activando las luces de largo alcance sobre un contexto de inflación, hay industrias que pueden hacer expandir al cobre y otros metales como el aluminio en los mercados.

Se trata de dos de las materias primas del futuro que van a aglutinar una mayor demanda al calor de los coches eléctricos y los dispositivos móviles, que usan estas commodities como conductores.

La demanda ya se ha hecho notar y eso ha repercutido directamente sobre los precios. El aluminio se ha disparado más de un 24% en lo que va de año, mientras que el cobre ha avanzado en torno al 23%. Unos movimientos prácticamente calcados que responden a unas necesidades similares.

Según Wood Mackenzie, 2050 supondrá que circulen en torno a 875 millones de vehículos eléctricos de pasajeros, 70 millones de vehículos comerciales eléctricos y 5 millones de vehículos combustión en las carreteras de todo el mundo.

Cada vehículo eléctrico requiere alrededor de 4 veces más cobre que un vehículo con motor de combustión interna comparable, e igualmente, los marcos a base de aluminio hacen que los automóviles sean más ligeros y seguros”, analizan Aneeka Gupta, directora de análisis de WisdomTree Europe, y Mobeen Tahir, director asociado de análisis de la misma firma.

Un vehículo eléctrico utiliza hasta 80 kg de cobre, casi 4 veces la cantidad de un automóvil tradicional con motor de combustión.

Por tanto, el auge de la electrificación no solo es una tendencia significativa para estos 3 metales a juicio de estos expertos: “También se espera que se desarrolle a lo largo de décadas y, por lo tanto, tenga un impacto duradero”.

Mientras, la oferta sigue siendo escasa después de una década de inversión insuficiente y la dificultad para encontrar y desarrollar grandes descubrimientos, al mismo tiempo que las minas experimentan una caída de producción por las leyes del mineral.

Todo esto respalda la perspectiva alcista de precios”, explica Ben Laidler, estratega de mercados globales de eToro.

El cobre y el aluminio son beneficiarios clave a largo plazo de la demanda de la 'transición verde', como recursos vitales para muchas tecnologías limpias, incluidas las baterías de iones de litio, los componentes de energía solar y eólica y los vehículos eléctricos.

Si bien puede haber suficientes reservas y recursos, el estancamiento del suministro puede producirse en metales como el cobre y el aluminio. Chile y Perú dominan la oferta de este conductor, mientras que China es el mayor productor de aluminio.

Para ambos metales, es probable que las normas ambientales más estrictas creen una restricción de la oferta a medida que los reguladores pongan el foco en el sector minero”, señalan Gupta y Tahir. Además, añaden que es probable que el reciclaje sea cada vez más importante.

Por ejemplo, el productor de turbinas eólicas Vestas estima que una granja de 100MW necesita 89 toneladas de cobre (...) Por eso, la amplia demanda verde representa actualmente alrededor del 20% del mercado del cobre y se espera que siga creciendo”, destaca Laidler.

Actualmente, un tercio del suministro total de cobre proviene de metal reciclado. “Dado que el cobre conserva sus propiedades físicas independientemente de cuántas veces se someta al proceso, el suministro de reciclaje puede aumentar en los próximos años”, aseguran los analistas de WisdomTree.

Los cereales y la inflación, un binomio de interés en el plano de la inversión

Los precios generales de los cereales acumulan una subida del 10% en lo que va de año, con el maíz despegando un 25% y la soja, un 8%. La revalorización de estos dos productos ha sembrado dudas entre los consumidores sobre los efectos que tendencia alcista podría tener en los mercados –como inversión a través de futuros– y también en el supermercado.

Según Laidler, los precios más altos han estado impulsados por las interrupciones en la cadena de suministro y las sequías en algunas regiones. Pero no solo eso.

También por las huelgas laborales en América del Sur y por las plantaciones, menores de lo que se esperaba en muchas áreas”, destaca. Mientras, la demanda ha aumentado con la reapertura de la industria de la hostelería y la restauración.

El índice de precios de la alimentación y la agricultura de Naciones Unidas, que recoge los movimientos en los cereales, el aceite, los productos lácteos y la carne, ha seguido una trayectoria ascendente debido a todos estos factores y a las impredecibles condiciones meteorológicas extremas, así como al almacenamiento por parte de los gobiernos, preocupados por la seguridad alimentaria.

Este selectivo se mantiene en un 33,9% de revalorización respecto al mismo período del año pasado. La utilización mundial de cereales en 2021 se ha reducido en 15 millones de toneladas con respecto al mes anterior a 2.810 millones de toneladas, aunque sigue siendo un 1,5% más que en el ejercicio anterior.

¿Pero el precio de los cereales puede seguir en aumento? La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) y la FAO presentaron sus previsiones anuales a 10 años y anticipan que la producción agrícola crecerá un 1,4% anual en promedio hasta 2030, con un crecimiento más pronunciado se verá en los mercados emergentes y en los países con rentas bajas.

Tal como analizan Gupta y Tahir, director asociado de análisis de la misma firma, la intensificación de la producción desempeñará un papel clave: “El 87% del crecimiento será el resultado de un mayor rendimiento, mientras que solo el 6% será el resultado de la extensión de la superficie y el 7% se logrará intensificando el cultivo, con múltiples cultivos anuales”.

Se espera que las diferencias regionales en el rendimiento disminuyan ligeramente porque India y África Subsahariana parecen estar preparadas para mejorar sus rendimientos con semillas adaptadas y técnicas de manejo de cultivos.

Con anterioridad a 2020, el mayor aumento porcentual en un mes en el consumo de cereales fue del 5,6% y hay que remontarse a julio de 1973. En marzo de 2020, se alcanzó un nivel récord, con un alza del 26,9%.

La definición de cereales de la Oficina de Análisis Económico (BEA) del Departamento del Comercio es amplia e incluye productos como la pasta, el arroz y la harina. “Esperamos que los precios de los cereales a nivel mundial disminuyan gradualmente a medida que la utilización mundial de cereales comience a normalizarse”, anticipan Gupta y Tahir.

Más leña a la hoguera: la madera en el ojo del huracán

También, el recorrido de la madera en los mercados es uno de los focos de interés de los inversores, al ser una materia prima que afecta a artículos minoristas como es el caso de los muebles. De su precio depende un desembolso o no mayor y puede anticipar algunas tendencias inflacionistas.

Como contexto en este mercado siempre sirve la referencia estadounidense. Los precios de la madera de Estados Unidos se encuentran actualmente en 700 dólares (unos 596 euros) por 2,35 metros cúbicos, lo que es un 60% más bajo que el máximo de 1.650 dólares (alrededor de 1.397 euros) de mayo del 2021.

El siguiente paso es ver en las causas de esta desaceleración –después del fuerte repunte del 2020– y si esa dinámica se va a mantener afectando a la baja a los productos domésticos de los consumidores.

Según dice Laidler, esto se ha producido cuando el bloqueo de viviendas nuevas y la demanda de reformas ha comenzado a normalizarse: “esa demanda ha repuntado, mientras que la oferta, paralelamente, ha aumentado, con la reapertura de aserraderos y el aumento de las exportaciones europeas”.

Como no puede ser de otra manera eso tiene y tendrá efectos inmediatos en los precios. Al menos en el corto y medio plazo.

Esto está proporcionando cierto alivio a los costes de construcción y renovación, pero los precios actuales de la madera se mantienen muy por encima de los niveles a largo plazo que han promediado entre los 300 (254 euros) y 400 (338 euros) por cada 2,35 metros cúbicos de madera”, analiza.

Las valoraciones vertidas por nuestros expertos son opiniones de carácter particular y no representan una recomendación de inversión concreta. Para maximizar los beneficios de tu capital consulta con un especialista para que te asesore conforme a tus necesidades.