No es solo la comunicación y la producción; la tecnología ha llegado hasta el mismísmo corazón de las empresas. Sí, los anglicismos también están cruzados hasta el fondo en la formación. Lo curioso es que el término que aquí reina no lo es: "gamificación".
En esencia, se trata de conseguir más con lo mismo. De luchar contra el aumento de la competencia sin reducir márgenes ni comprometer operaciones. Así, las empresas exploran siempre nuevas técnicas para formar a sus empleados.
Como ya te imaginarás por su nombre, la gamificación establece una relación causal y directa entre los juegos (la diversión) y el aprendizaje. Veamos qué hay detrás de esta técnica para ayudar a las personas a adquirir y asentar nuevos conocimientos.
Seguro que lo has escuchado mil veces, pero siempre rodeado de humo. ¿Qué es la gamificación? Hablamos de un método de aprendizaje que traslada los elementos de los juegos, es decir, retos, puntuaciones, etc., a la formación.
¿Para qué utilizar juegos en un contexto no lúdico? Pues para mantener a los usuarios más concentrados y motivados. Es la misma lógica que lleva a las personas a ir al gimnasio a pesar del concepto de incomodidad que lo rodea.
Dentro del amplio concepto de la gamificación educativa (la original que ha terminado calando entre las empresas) cabe destacar que existen fundamentalmente dos tipos:
Gamificación intrínseca: Rescatar algunas características de los juegos para aplicarlas al proceso formativo (sin convertir este en un juego como tal). Se desarrollan métodos de enseñanza que fomentan la motivación y el trabajo en equipo, buscando que el usuario se implique más.
Gamificación extrínseca: Se introducen elementos del juego en la formación. De este modo acudimos a sistemas de puntos, metas y recompensas durante el proceso de enseñanza.
¿Te interesa esto de la gamificación para la formación de tus empleados? Pues que sepas que la metodología que utilices debería contar con estos elementos básicos. No son obligatorios pero sí recomendables:
Es probable que te preguntes cuáles son los beneficios que puede aportar la gamificación si la comparamos con otras metodologías de formación. A fin de cuentas estamos experimentando y arriesgando frente a otras soluciones.
Bueno, pues es que si estás al frente de una pyme y formas a tus empleados solo con métodos de enseñanza tradicionales. Esto se puede causar situaciones des, podrías acabar en contextos de desmotivación, falta de concentración o incluso bajo rendimiento.
Y ojo, porque con la gamificación ganan tanto los empleados como el propio negocio. Por eso se dice que más que un gasto (habitualmente asociado a la formación), es una inversión. Sí, curas habilidades, pero con una garantía de permanencia.
No hay que olvidar que la empresa que decide establecer una metodología de aprendizaje basada en la gamificación podría terminar mejorando de la productividad de sus empleados.
Piensa que establecer un sistema de puntos funciona como incentivo para el trabajador. Puede llevar a que el empleado se implique más en el proyecto empresarial. Vamos, que termine adquiriendo autonomía operativa.
Por otro lado, la gamificación conlleva una interacción mayor y más directa con los empleados. De este modo que puede aprovecharse para que opinen y aporten ideas nuevas a la empresa, y por supuesto que se comprometan más con ella.
¿Ir a trabajar a una oficina con juegos? Imagina hacia dónde se irá el talento en LinkedIn. Aparte de fomentar la creatividad, la gamificación educativa puede ayudar a que el empleado se sienta más escuchado y valorado por la marca.
Los incentivos son además una gran herramienta de motivación. Y hablamos de una intrínseca. Esa que nace del propio trabajador que lo alimenta de forma renovable sin intermediación de la empresa.
Estudios hay muchos desde que se pusiera de moda la técnica hace ya varias décadas. Y casi todos ellos coinciden en señalar que un plan bien ejecutado tiene un poder de atracción único entre los trabajadores.
Si todo lo dicho anteriormente te ha convencido para probar esta metodología de enseñanza, aquí tienes los pasos a seguir para implantarlo en tu negocio:
Lo primero que debes hacer es definir el objetivo del juego. Ten clara la meta que quieres alcanzar. Esto te servirá para pensar en cuál es la actividad más adecuada.
Una vez establecido el objetivo, construye la temática en la que vaya a basarse el juego. Es importante que esta tenga que ver con el contenido de la formación que quieres impartir.
Elabora un sistema de puntuaciones para motivar la participación de los empleados. Los puntos obtenidos en el juego pueden vincularse directamente con incentivos laborales.
Mantén activos los retos establecidos y ve actualizándolos para que la plantilla no se aburre y siga participando activamente.
Elige las recompensas. Este último paso está directamente relacionado con establecer el sistema de puntuaciones. Como te decíamos, vincular los puntos obtenidos a recompensas laborales fomenta la motivación y participación.
¿Sigues sin aclararte? Veamos un ejemplo de gamificación. Podría aplicarse en cualquier pequeña y mediana empresa.
Supongamos que tienes a tu cargo un grupo de 10 comerciales, y que la empresa está constantemente poniendo nuevos productos en circulación. El ritmo de aprendizaje de los empleados no se corresponde con las ampliaciones del catálogo.
El objetivo es que estén al día sobre el total de productos que venden. Bien, pues creamos un sistema basado en concurso de preguntas y respuestas, similar al trivial.
Podrías establecer una puntuación basada en la cantidad de preguntas que acierte cada empleado. Para mantener los retos actualizados, puedes idear diferentes concursos, como duelos o incluso concursos por equipos.
En cuanto a las recompensas, por ejemplo, sería buena idea la obtención de uno de los nuevos productos que se comercializa. Con toda esta gamificación, estarías motivando a los empleados a estar al día del catálogo.
Cuidar de tu equipo y mejorar su rendimiento es fundamental para que tu empresa crezca. Si quieres más consejos para la gestión de tu plantilla deja que Yoigo Negocios te ayude. Llama al 900 622 700 o entra en nuestra web.