Bancos y blockchain: cómo están adoptando las entidades bancarias esta tecnología


Cuando Satoshi Nakamoto creó blockchain en 2008 con el objetivo de que esta tecnología sirviera para transferir y almacenar criptomonedas sin la participación de los bancos, seguramente no imaginaba que algunos de los más entusiastas impulsores de esta tecnología iban a ser precisamente las entidades bancarias. Años más tarde son ellas las que la están adoptando.

Sin embargo, hay que aclarar, no siempre aparece la palabra blockchain en el nombre de los proyectos, y muchos bancos prefieren hablar de la llamada DeFi o Decentralized Finance (finanzas descentralizadas) y de la DLT o Distributed Ledger Technology (Tecnología de Libro Mayor Distribuida).

La idea germinal, no obstante, es la misma: una infraestructura tecnológica soportada en varios nodos (o descentralizada). ¿En qué áreas está trabajando la banca con blockchain? Vamos a verlas.

La gran apuesta del sector: las transferencias internacionales

Las transferencias internacionales son operaciones costosas para los bancos, pues involucran a varias entidades y requieren de infraestructuras tecnológicas muy complejas para garantizar que el dinero deja de estar en la entidad emisora y se transfiere a la receptora. Asegurar esta operación conlleva tiempo.

Blockchain permite acelerar estas operaciones sin perder seguridad. El gran baluarte mundial de las transferencias internacionales es Ripple, la plataforma blockchain especializada en pagos internacionales que ya usan 250 bancos en más de 50 países. Entre sus usuarios más destacados se encuentra el Banco Santander, que es a su vez inversor en Ripple.

El banco de Ana Patricia Botín utiliza Ripple para su One Pay FX, su servicio para transferencias internacionales que ya está operativo en algunas zonas. La presidenta del banco dijo en 2018 que este servicio tenía capacidad suficiente para encargarse del 50% de las transacciones internacionales del banco.

BBVA, por su parte, también tiene un servicio parecido, con Ripple igualmente, enfocado a transferencias entre países de Latinoamérica.

Hacia los pagos inteligentes

Pareciera que blockchain tiene poco que aportar al terreno de los pagos, pues son muchas las tecnologías que han acelerado estas operaciones hasta volverlas tan rápidas como seguras. Sin embargo, sí hay margen de mejora y está en la automatización.

Fue en 2019 cuando el Mitsubishi UFJ Financial Group, el banco más grande de Japón, anunció que en 2020 iba a tener listo un sistema de pagos automatizados que podrían ejecutarse sin que mediara ninguna persona, un anuncio que reavivó el entusiasmo por los smart contracts y por la IOT (Internet Of Things). Hoy el proyecto sigue en desarrollo, pero la idea es enormemente atractiva y varias entidades están progresando en esta línea de investigación.

En España encontramos Iberpay, la primera red de pagos interbancarios basada en blockchain. Constituida en 2018, trabaja con Banco Sabadell, Banco Santander, Bankia, BBVA, CaixaBank y Banco de España. Su objetivo es que esta red de pagos interbancarios aproveche todas las ventajas de blockchain.

Pero el camino todavía es largo. La propia entidad señala tres áreas de investigación que es necesario estudiar: los pagos, la automatización de los pagos gracias a smart contracts y la identidad digital.

Los dos últimos campos están menos desarrollados, no así los pagos, donde la entidad demostró que es posible utilizar blockchain para realizar pagos interbancarios en euros y desde cuentas corrientes ya existentes.

Las posibilidades de uso de esta tecnología, que está basada en el protocolo blockchain Quorum, desarrollado por JP Morgan, son estimulantes. Para empezar, esta red pondría en conexión a los cinco bancos implicados, a un sexto nodo llamado Interpay y a un séptimo, el Banco de España, que actuaría como garante de que todas las operaciones de la red se realizan conforme a la legalidad.

Además de los pagos, la red permitiría poner en práctica uno de los mayores atractivos de blockchain: los smart contracts, es decir, programas informáticos que automatizan la ejecución de operaciones si se dan ciertas condiciones.

Uno de los primeros ensayos de Iberpay es un smart contract para automatizar los procesos relacionados con avales de clientes. Un solo contrato inteligente automatizaría la emisión, el registro, la ejecución y la cancelación de avales de clientes.

Bonos en redes blockchain incluso públicas

Fue en verano de 2018 cuando saltó la noticia de que un banco emitió un bono basado en blockchain. Se trataba del banco australiano CommBank, que fue autorizado por el Banco Mundial para emitir este producto a través de su propia red blockchain. El monto total ascendió a 62 millones de euros.

Hoy ya son varios los bancos que han hecho algo parecido, como el BBVA, que emitió un bono verde para Mapfre valorado en 35 millones. Sin embargo, casi todos estos bonos se emiten en cadenas de bloques privadas y son mucho menores los productos que se lanzan en plataformas blockchain públicas.

En 2019 lo hizo Societé Generale emitiendo un bono de 100 millones de euros. Lo lanzó en la plataforma Ethereum, la misma que usó el Santander para canalizar un bono de 17 millones. Al estar en una red pública, el bono del banco español es accesible para cualquier persona interesada.

Aunque la operación del Santander fue prácticamente un ensayo, pues el banco actuó de vendedor y comprador al mismo tiempo, lo cierto es que resultó importante por dos razones. La primera es su valor simbólico, pues no todos los días un banco mundial entra a formar parte de una red creada expresamente como alternativa a los bancos para realizar operaciones monetarias y financieras.

La segunda razón por la que se puede considerar importante la acción del Santander es porque pone la primera piedra hacia la tokenización de activos, es decir, convertir elementos reales (dinero, una casa, un cuadro) en representaciones digitales que pueden subdividirse y comprarse.

Una tokenización completa hubiera sido convertir ese dinero en tokens (lo que son las propias criptomonedas como Bitcoin), pero quizá todavía sea demasiado pronto para eso.

Nuevas funciones especialmente pensadas para pymes

¿Recuerdas cuando, más arriba, hablábamos de Iberpay, la red interbancaria de pagos basada en blockchain? ¿A que sería fantástico que hubiera algo parecido dirigido a pymes, especialmente ahora con el repunte de la digitalización?

Eso mismo debieron pensar en we.trade, la plataforma para la gestión financiera de pymes basada en blockchain de la que forman parte el Santander, CaixaBank, HSBC o Rabobank, entre otros bancos.

We.trade se fundó en 2017 pero no fue hasta dos años más tarde cuando abrió su sistema a las pymes. We.trade, que opera sobre Hyperledger Fabric, la tecnología blockchain de IBM, ofrece una infraestructura para que las pymes puedan hacer determinadas operaciones financieras y monetarias. Incluso obtener préstamos. Uno de los pocos bancos que han prestado dinero a través de esta plataforma es el británico HSBC.

También es posible realizar pagos internacionales y que estos se activen por medio de smart contracts. Todas estas operaciones cuentan con el aval de los bancos participantes que forman parte de la red.

La actividad de we.trade, la mayor red blockchain en Europa, es todavía limitada pero despierta enormes expectativas.

Procesos y controles más eficientes

Cuando los procesos se automatizan, es habitual que se produzca una optimización de los mismos e incluso que mejoren los controles y hasta la experiencia del cliente. Todo esto entra dentro de las ventajas que vislumbran los bancos que usan blockchain.

El gran experimento en estos términos se dio en 2018, cuando 15 instituciones, entre las que se encontraban bancos como BNP Paribas, Citi, ING o Societé Generale, pusieron en marcha komgo SA, una compañía destinada a explotar las ventajas de blockchain en el entorno empresarial.

Uno de sus proyectos principales consistió en simplificar los procesos de identificación de clientes, conocidos como Know Your Customer (KYC), por los que los bancos deben verificar la identidad de sus potenciales clientes antes de ofrecerles servicios.

Esta práctica no está generalizada a nivel mundial y su falta conlleva importantes fraudes, porque permite que los morosos sigan consiguiendo créditos.

La verificación KYC evita ese riesgo a cambio de tener que acreditar la identidad del cliente cada vez que contrata servicios con entidades distintas, lo que conlleva molestias tanto para las entidades como para los clientes. El proyecto de komgo SA sirvió para estudiar fórmulas que simplificarán este procedimiento gracias a blockchain.

La clave para simplificar la identificación de los clientes es la trazabilidad de blockchain, una de sus propiedades más significativas junto con la descentralización de los datos y su inmutabilidad. Como blockchain es trazable, los usuarios, el dinero, los tokens y cualquier bien que esté almacenado dentro de la cadena de bloques es rastreable.

Esta trazabilidad supone una herramienta contra todo tipo de fraudes y blanqueo de capitales, y no son pocos los bancos que ya estudian su implantación entre su infraestructura tecnológica.

Uno de los bancos que más recientemente apostó por esto es Bankia, que ha lanzado ChainLab, un laboratorio para explorar las posibilidades de blockchain en el entorno financiero y donde la seguridad y la certificación son algunas de sus prioridades.

Numerosas ventajas para los bancos

Varias son las ventajas que pueden obtener los bancos al trabajar con blockchain. La más evidente es la tecnológica. Muchas instituciones arrastran infraestructuras obsoletas que ralentizan los procesos, un problema que podrían solucionar al pasarse a blockchain.

Otro punto en positivo derivado de este rejuvenecimiento tecnológico tiene que ver con el negocio. En un entorno de Open Banking y de colaboración entre fintech, bancos, start-ups y grandes tecnológicas, contar con una tecnología que podría convertirse en estándar (no lo es ahora mismo) allanaría el camino para firmar alianzas entre compañías, especialmente tras el impulso reciente del Banking as a Service.

Adoptar blockchain también supondría ampliar la cartera de productos y servicios que pueden ofrecer los bancos a sus clientes. Especialmente uno: la tokenización de activos, que permite, al menos sobre el papel, subdividir cualquier bien físico (incluso inmobiliario) en participaciones que los bancos podrían vender.

La seguridad es otro aspecto que no se puede olvidar. Ya hemos hablado de la trazabilidad de las operaciones y de las facilidades que ofrece blockchain para poder seguir el rastro del dinero (o de las mercancías si se vende al exterior). No es casualidad que muchos de los esfuerzos por adoptar esta tecnología se estén dando precisamente en el terreno de la verificación de la identidad.

Desventajas, más filosóficas que técnicas

Desde el punto de vista tecnológico, la principal desventaja es que funcionar en una red blockchain exige una inversión a varios niveles. Primero está la parte puramente técnica, pues hay que construir la infraestructura, si es privada, o adaptar la tecnología propia para empezar a usar una red blockchain pública.

Al coste de desarrollo hay que añadir el de formación del propio personal del banco. No tanto por la parte técnica, pues los empleados no necesitan entender los vericuetos tecnológicos sobre los que se asientan los programas que utilizan, sino a nivel procedimental.

Conceptos como los smart contracts, la trazabilidad, la tokenización de activos o el propio concepto de descentralización plantean formas distintas de hacer las cosas.

A nivel de negocio también surge un problema para los bancos que adopten blockchain. Muchos de los procesos que la cadena de bloques puede simplificar y acelerar son labores que tradicionalmente han formado parte del negocio de los propios bancos, labores de intermediación y verificación por las que las entidades cobran. Con blockchain, estos procesos podrían desaparecer de raíz, con lo que los bancos perderían esa fuente de ingresos.

Este último punto resulta especialmente revelador sobre la manera en que los bancos se están acercando al blockchain. La mayor parte de sus proyectos están basados en redes privadas, es decir, aunque los bancos usen blockchain, los bancos siguen teniendo el control de la infraestructura tecnológica y pueden seguir actuando como intermediarios.

En este sentido, el acercamiento de la banca a blockchain es muy audaz, pues claramente busca aprovechar todos sus beneficios tecnológicos al tiempo que anula una parte concreta del concepto blockchain, esa parte que, desde la creación misma de blockchain hace 12 años, buscaba reducir el protagonismo de los bancos en las operaciones financieras a través de internet.

Gracias a blockchain, los bancos no solo no van a reducir su participación en estas operaciones, sino que van a encontrar nuevas fórmulas para aumentar sus operaciones y ofrecer nuevos servicios a sus clientes.