El Bitcoin y la fiebre por el sector crypto parece que ha cambiado el sesgo en las últimas fechas después de la explosión alcista previa. Allá por mediados de abril de 2021, la criptomoneda de referencia alcanzaba una cifra histórica en los 65.000 dólares, según CoinMarketCap. Después caería hasta los 36.000 dólares.
Tras unos meses de idas y venidas, cabe observar qué ha pasado con esta divisa y qué le puede esperar en los mercados a partir de ahora, en un contexto en el que la inflación está cogiendo fuerza, especialmente en Estados Unidos, y con muchas dudas sobre sus espaldas.
La prohibición del bitcoin y el resto de las criptomonedas a las instituciones financieras y entidades de pago en China fue demoledor para el token de referencia.
Previamente, el de Tesla informando de que ya no admitiría la criptomoneda como medio de pago para sus coches había ya caldeado el ambiente. Fueron dos de los motivos que provocaron el hundimiento de la moneda.
Por si fuera poco, el pasado 4 de junio de 2021, Elon Musk volvió a ejercer el enorme poder que tiene sobre las criptodivisas y, tras un tuit en el que se burlaba del bitcoin, este bajó hasta los 35.000 dólares, tras cerrar el día anterior en 39.208,77 y alcanzar un máximo de 39.478,95.
La moneda copó todos los titulares posibles tras desplomarse más de un 40% en solo unos días desde sus máximos históricos: la criptomoneda llegó a negociarse por unos 52.000 euros (62.000 dólares) mientras, acto seguido, superaba los 30.000 euros (unos 36.600 dólares).
Algo destacado de este periodo de caída del bitcoin, es que las ballenas (las billeteras digitales que acumulan grandes cantidades de esta criptomoneda) han adquirido muchos tokens (han comprado la caída), lo que muchas voces anticipan como una posible vuelta al interés por la criptodivisa.
Un estudio de Chainalysis señala que fueron los pequeños inversores los que, principalmente, decidieron vender bitcoins durante esta crisis, y que esas ballenas (o grandes inversores) adquirieron alrededor de 77.000 (al precio actual serían casi 3.000 millones de dólares).
También apunta en esa dirección el CEO de Eurocoinpay, para argumentar el porqué de la debacle de esta criptomoneda. “Las ballenas y los fondos institucionales quieren comprar bitcoin más barato, es decir, que hay muchos intereses en que los pequeños inversores ('las manos blandas') suelten lo que tienen para que lo cojan ellos”.
"Creo que el bitcoin bajará aún más y después escalará a toda pastilla”
A esos inversores pequeños, Fernández les dice que aguanten, que tengan paciencia, porque “el bitcoin no es ni una burbuja ni una estafa”. En su día, recuerda, “ya estuvo en 20.000, cayó a 3.000 y volvió a subir.
Cuando pinchas una burbuja se va a al suelo. Además, las burbujas suceden con los activos financieros y bitcoin es un activo monetario”.
En este sentido, muchos inversores quieren intentar descifrar cuáles pueden ser los precios de referencia del bitcoin por la parte baja.
Javier Molina, portavoz de eToro, asegura que técnicamente el soporte de los 30.000 dólares podría funcionar dentro de un conteo de corrección tras el impulso anterior. “Sin embargo y aplicando ondas de Elliott, quedaría abierta la posibilidad a experimentar nuevos descensos que llevasen a niveles de los 20.000”, opina.
No obstante, considera que esa situación quedaría invalidada si los 42.000 dólares se rompieran al alza y el escenario plantearía posible vuelta a zona de máximos.
“Creo que el bitcoin puede llegar todavía a los 25.000 o 20.000 dólares”
Según Herminio Fernández, fundador de Eurocoinpay, las ballenas han tenido tiempo de acumular todos los bitcoins que necesitaban y con la sombra de la regulación se ha provocado un pánico en el entorno de las criptomonedas.
“Con este esquema creo que se puede llegar todavía a los 25.000 o 20.000 dólares, para luego empezar una nueva escalada”, opina.
Por su parte, Ismael Santiago, profesor y doctor en finanzas de la Universidad de Sevilla y CEO de Olivachain I+D+I, cree que las manos fuertes como Ark Invest se encuentran en el fuerte soporte de los 30.000 dólares, que de momento ha logrado mantenerse.
“Considero que es muy fuerte en este nivel, ahora bien, si se concatena una sucesión de noticias negativas o continúan con el acoso y derribo por parte de las autoridades monetarias mundiales, es posible que terminen echando abajo las ‘Termópilas’ del bitcoin, que son el nivel 30.000 dólares la unidad, pudiendo llegar la caída hasta los 20.000 dólares la unidad”, explica.
“Una corrección como la actual de alrededor del 50% desde el precio máximo alcanzado en abril no es algo raro y tampoco lo sería que fuese mayor”, agrega en la misma línea Javier Castro, Business Controller de Bitnovo.
Así, cabe también echar un vistazo a las tres caídas más destacadas del bitcoin, que se produjeron en 2013, 2016 y 2018 cuando el descenso llegó a rondar una media del 84%.
“Nos encontramos en unos márgenes en los que el bitcoin podría perder aún más su valor, aunque de momento la resistencia se encuentra alrededor de los 33.000 dólares y posiblemente se podría mantener en estos límites durante varios meses”, asegura Raúl López, responsable en España de Coinmotion.
“Tal vez el mercado está esperando a una fuerte subida de cara al último trimestre de 2021”
Para Alejandro Zala, responsable de Bitpanda en España, en cualquier caso, es importante que los inversores recuerden que cuando invierten en activos emergentes, como el bitcoin, hay que tener una visión de largo plazo y no dejarse influenciar por estos vaivenes del mercado. “Lo que sí puedo confirmar es que todavía no hemos visto los máximos de bitcoin”, dice.
“Es difícil predecir hasta dónde puede llegar la caída y cómo de pronunciado será el rebote cuando se produzca, algo que sin duda se producirá”, resume Andrés Garrido, profesor del Programa de Blockchain e Innovación Financiera del IEB.
Otro foco de análisis se centra en cómo puede repercutir sobre los criptoactivos la apuesta de El Salvador por aceptar el bitcoin como medio de pago oficial –al igual que hace con el dólar–. ¿Beneficiará al conjunto del sector?
Garrido expone que la decisión de El Salvador de aceptar la criptomoneda como medio de pago oficial tiene un tremendo impacto, ya que se puede utilizar el bitcoin para todo, incluyendo impuestos o deudas, y además no será necesario pagar ganancias sobre operaciones realizadas el token.
“Supone un giro inesperado, aunque tiene todo el sentido del mundo en un país en el que un elevado porcentaje de ciudadanos no tiene acceso a ningún tipo de servicio financiero y en el que la moneda local está directamente vinculada al dólar americano”, afirma.
El ciclo del dinero fiat, que empezó en agosto de 1971 bajo la Administración Nixon, está llegando a su fin.
Para Santiago el excesivo endeudamiento de la economía mundial y las "prácticas irresponsables de los bancos centrales" derivarán, como ya se está observando, en una inflación que podría hacer descarrilar el mercado mundial de la deuda —que lleva más de 40 años de alzas ininterrumpidas— lo que se llevaría por delante, presumiblemente, al actual sistema fiat.
“Esto empujaría la vuelta al dinero duro, como el oro, la plata, el bitcoin y ciertas stablecoins”, ahonda el profesor de la Universidad de Sevilla.
“El bitcoin va a suponer una liberación de la influencia que tiene en El Salvador la política económica y monetaria de Estados Unidos y, sin duda, es un hecho que puede replicarse en muchos otros países con una situación similar”, reflexiona.
El país centroamericano, por tanto, podría servir como un campo de pruebas para experimentar el efecto que tiene utilizar el bitcoin como moneda de curso legal, entiende el responsable de Bitnovo, que subraya que el propio presidente salvadoreño ha reconocido que el 70% de la población no tiene acceso a una cuenta bancaria y opera en la economía sumergida.
“La adopción del bitcoin es mayor en países menos desarrollados debido a que gran parte de la población está ‘desbancarizada’”
“Imagino que probablemente habrá más países que sigan estos pasos, como ya apuntan rumores sobre Paraguay o Panamá, pues la adopción del bitcoin es mayor en países menos desarrollados debido a que gran parte de la población está ‘desbancarizada’ o porque sus monedas locales no son sólidas y sufren mucha inflación. Que sean los primeros en implantarlo es una buena prueba de ello”, cuenta Castro.
“Estoy seguro de que el mundo entero y en especial los países que se encuentran en una situación similar seguirán de cerca este proceso, y yo estoy convencido de que será un éxito”, valora Zala.
“De este modo, si en los próximos años, se demuestra que esta adopción ha ayudado a mejorar en parte la economía de El Salvador, seguramente será un reclamo para que más países en el mundo sigan los mismos pasos que ha tomado Nayib Bukele”, coincide López.
La última incógnita tiene que ver con el crecimiento del activo en un horizonte temporal amplio. El bitcoin ha demostrado mucho en los últimos 10 años, pero muchos expertos creen que se encuentra ante los inicios de su potencial y su grado de adopción es todavía insignificante.
“Las monedas digitales se han convertido en el principal depósito de valor de muchos nativos digitales”
“Las tendencias subyacentes no son nuevas; las monedas digitales se han convertido en el principal depósito de valor de muchos nativos digitales que confían cada vez más en la seguridad de los libros de contabilidad basados en la red”, relata Zala.
Los analistas subrayan que el dinero institucional ha comenzado a llegar, pero de manera experimental: queda mucho desarrollo todavía para que sea considerado como una clase de activo.
“A medida que la adopción vaya creciendo, se reducirá la volatilidad, clave para aumentar la confianza en el activo y su inclusión en audiencias más conservadoras”, concreta el responsable de Bitpanda en España.
Fernández explica que uno de los motivos por los que es interesante esta divisa digital a largo plazo es que el 80% de los inversores en bitcoin llevan dos años sin moverse sus inversiones en sus carteras.
“Los grandes fondos no están especulando ni haciendo trading, sino que compran y mantienen sus posiciones, por lo que ahora mismo a los inversores les diría que no se preocupen del mercado porque cuando te centras en el blockchain te das cuenta de que es algo muy grande”, dice.
A lo largo de 2020 y 2021 se han ejecutado extraordinarias inversiones en bitcoin y otras criptomonedas por parte de instituciones y grandes corporaciones. Al producirse esta situación junto con la disminución de la frecuencia de creación de nuevos bitcoins que tuvo lugar en mayo de 2020, entonces existe ante una “escasez” de dicho activo.
“Esto nos sitúa en un escenario que con bastante probabilidad ayudará a incrementar aún más el valor de este criptoactivo”, señala López.
A ello hay que sumarle que Coinbase recientemente ha sido la primera empresa de criptomonedas en cotizar en bolsa, concretamente en el Nasdaq. Una firma valorada en unos 100.000 millones de dólares. “Sin lugar a dudas también ha ayudado a fortalecer la confianza en las criptodivisas”, añade.
En conclusión, desde el punto de vista de Santiago, el bitcoin es una criptomoneda deflacionaria, que ha demostrado su utilidad como reserva de valor y más que lo hará en el futuro.
“Tomará cada vez más valor e importancia en las carteras de los inversores debido al posible desplome que sufrirá el dólar cuando se demuestre que la inflación en Estados Unidos no es transitoria y ha venido para quedarse”, sentencia.
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