En cualquier plan o estrategia hace falta una evaluación, a través de datos, que permita conocer si el plan fue un éxito o, por el contrario, no se consiguieron las metas establecidas.
En la era de la información y la economía del dato, la evaluación y el desarrollo de estrategias guiadas por la evidencia y los resultados nunca ha sido tan fácil.
Disponemos de innumerables fuentes de información que nos pueden ayudar a orientar nuestras estrategias en el mundo empresarial y sería una osadía no aprovecharlas.
Para diseñar y desarrollar un plan de negocio y una estrategia empresarial, los KPIs (Key Performance Indicators) son un apoyo fundamental. Permiten confirmar y garantizar que, en efecto, la empresa y sus actividades van por el camino deseado.
Por lo tanto, si quieres trazar una estrategia de éxito para tu empresa, una vez establecidos los objetivos de negocio te aconsejamos que definas los KPI, es decir, indicadores clave de desempeño que te van a ir guiando en el desarrollo de las metas previstas.
Un KPI, Key Performace Indicator por sus siglas en inglés, no es más que lo que su propio nombre indica, un indicador clave de desempeño. ¿Y eso qué significa y cuáles son sus implicaciones?
Ya sean objetivos de ventas, de marketing, de producción, de logística, de atención al cliente o de finanzas, establece KPIs a la par que objetivos para definir de manera clara una línea de acción futura y cómo se va a medir el resultado.
Además, los KPIs permiten obtener información muy valiosa y útil para la empresa. Con ellos orientarás la toma de decisiones para alinear las acciones con los objetivos perseguidos.
En definitiva, los KPIs son un instrumento muy efectivo que se implanta en cada vez un mayor número de compañías que, lejos de operar a ciegas, prefieren trabajar con la mejor guía posible: los datos.
Y, lo que es aún mejor: los KPIs los define la propia empresa en función de sus necesidades y objetivos. De esta manera no se trata de mediciones de datos genéricas sino de los datos concretos que necesita el negocio para la toma de decisiones estratégicas directamente vinculadas a los objetivos.
De esta manera, si una empresa decide poner en marcha un plan de marketing o establece una serie de objetivos de venta, ¿cómo sabe si estas actuaciones han tenido éxito? ¿Y cómo mide ese éxito?
Los KPIs están ahí para pasar de la mera intuición o las visiones parciales o sesgadas a la evidencia de los datos.
Si los KPIs son indicadores clave para medir los procesos y resultados de tu empresa. Es evidente que deben cumplir algunas características clave para que funcionen de verdad como una buena guía estratégica.
En primer lugar, para definir un KPI, hay que tener muy claras las metas a perseguir y el planteamiento estratégico de la empresa a corto, medio y largo plazo.
Una vez establecido el horizonte, los KPIs deben estar directamente relacionados con los objetivos del negocio, de manera que, si los indicadores clave muestran buen comportamiento, la empresa se acerca al cumplimiento de los objetivos.
Es decir, un KPI debe ser relevante para la empresa. Además, igual de importante es que el KPI sea medible, cuantificable y específico. Es decir, métricas que permitan cuantificar el desempeño y que se centren en aspectos muy concretos y definidos.
Ejemplos de KPI en una estrategia de marketing digital serían el rendimiento en redes sociales (número de seguidores, menciones, comentarios, likes, etc.).
La procedencia del tráfico al sitio web de la empresa, el tiempo que permanecen los usuarios, la ratio de clics en los anuncios, etc.
En este sentido, si nos centráramos en una estrategia de ventas, ¿cuáles serían los KPIs más recurrentes? Los KPIs de ventas incluirían el nivel de facturación, la satisfacción del cliente, atracción de nuevos clientes, la rentabilidad media de las ventas, la cuota de mercado, etc.
Por lo tanto, existen diversos tipos de KPIs en función de las áreas de análisis y en función de otras variables como las herramientas y su medición, donde podemos distinguir KPIs cuantitativos y cualitativos.
Los KPIs de ventas, por lo tanto, medirían la satisfacción del cliente y el nivel de facturación. Por su parte, los KPIs de retail medirían las horas con mayor tránsito en la web y el número de visitas o las ventas por cada visita, entre otros.
Del mismo modo, otros tipos de KPI como los de logística y producción incluyen rotación de inventario u horas trabajadas en producción.Cada tipo de KPI incluye una serie de métricas directamente vinculadas al rendimiento de un aspecto clave para la consecución de los objetivos definidos.
En el caso de los KPIs financieros se contempla el ROI o retorno de la inversión y el apalancamiento financiero, entre otros, y también podemos distinguir entre dos tipos de KPIs en función de su medición: cuantitativos y cualitativos.
Pero, ¿qué herramientas son las más utilizadas para la medición de los KPIs? La respuesta a esta pregunta depende fundamentalmente del tipo de KPI que tengamos delante: de ventas, de redes sociales, marketing, etc.
Algunas herramientas de medición de KPIs transversales, que son muy útiles para casi todos los tipos.
Ejemplos de estas son Google Analytics, Hootsuite o True Social Media con los que tienes todos los detalles sobre la cantidad de clics, el alcance a la audiencia, el tiempo de permanencia en el sitio, la cantidad de compartidos…
Ya sabes, ¡el dato es el oro del siglo XXI!, así que no dejes pasar la oportunidad y aprovecha los que tienes disponibles para poner tu negocio rumbo al éxito.
Cuantas más herramientas tengas a tu disposición, mejores serán tus resultados porque sabrás cómo enfocar tus estrategias de marketing. Desde Yoigo Negocios te lo pondremos fácil ayudándote a establecer tus metas y objetivos.
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