Conceptos básicos para empezar a invertir: ratios en bolsa


Comenzar a invertir no siempre es tarea fácil. El conocimiento sobre los mercados es bastante amplio y hay que saber una serie de conceptos básicos previamente a iniciar tus estrategias para intentar ganar dinero. Y es que una falta de conocimiento puede llevar a las pérdidas descontroladas.

Es importante hacer un repaso sobre las cosas más simples que se conjugan en el entorno de la inversión, para que así sepas, posteriormente, cuáles pueden ser tus métodos de actuación. Es recomendable que te tomes un tiempo prudencial formándote con estas nociones básicas previo a mover tu capital en las bolsas.

La importancia de tener referencias en las que fijarse para invertir

Adentrarse en el mundo de los mercados y la inversión puede ser una tarea complicada. Requiere de unos conocimientos previos a los que hacer frente para proteger tu capital lo máximo posible.

No saber invertir bien en bolsa puede hacer la pérdida del dinero empleado. La formación es fundamental, así como saber cuáles son los criterios que se tienen que considerar cuando decidas cuál es la estrategia más adecuada. Por consiguiente, para tener un mayor control sobre el dinero que se invierte es primordial saber cuáles son los ratios que se deben vigilar.

Los ratios bursátiles son herramientas que sirven para determinar la situación financiera de una compañía o la valoración de una empresa cotizada en bolsa en términos comparativos con el mercado.

Esta clase de ratios financieros suele usarse para determinar si una empresa cotiza a buen precio, aunque también puede usarse para otros objetivos, como determinar el endeudamiento de una empresa, su liquidez o el tiempo medio que tardan en cobrar a sus acreedores.

Teniendo en cuenta este telón de fondo, es importante conocer de primera mano cuáles son los ratios que debes tener presente si te has iniciado en el panorama de la inversión.

Tendencia de mercado, soportes, resistencias y media móvil: las ratios de referencia para saber cuándo se debe entrar a invertir

Iniciarse en el mundo de los mercados puede parecer un ejercicio bastante denso y complejo. Adentrarse en el entorno bursátil requiere bastante formación y paciencia, puesto que las rentabilidades no llegan de la noche a la mañana a las carteras. Se basa en un constante aprendizaje del que siempre se extraen nuevas visiones.

Tener un conocimiento avanzado sobre la inversión en las bolsas lleva, por tanto, mucho tiempo, pero siempre se ha de arrancar de un punto de partida. Sobre todo, porque de entrada los conceptos principales pueden sonar muy extraños y densos.

Pero, para iniciarse, nunca está de más repasar los factores más básicos que hay que conocer antes de emplear nuestros ahorros para intentar generar rendimientos.

Se trata de conceptos que los operadores manejan a diario y que sirven de guía inicial para aprender a moverse con un mayor conocimiento de las bolsas, y sobre todo, en cuestiones más técnicas.

En primer lugar, según José Luis Herrera, analista independiente, se denomina tendencia de mercado a aquella en la cual un índice o cualquier activo se mueve en una dirección particular en un intervalo de tiempo concreto.

La tendencia principal corresponde al largo plazo, la intermedia para el medio plazo y la inmediata para el corto plazo”, explica.

Para identificar las tendencias del mercado se utiliza el análisis técnico. Es decir, el estudio que caracteriza a las tendencias de mercado como una respuesta previsible de los precios.

Los términos mercado alcista o Bull market, y mercado bajista o Bear market, describen las tendencias del mercado al alza o a la baja, respectivamente”, concreta José Luis Cárpatos, director de inversiones de Gloversia Eafi.

Por otro lado, el nivel de soporte es aquel en el que el precio a la baja encuentra un suelo para detener su caída y volver a recuperarse de manera potencial.

Lo que sucede es que los posibles compradores ven el descenso del precio y toman la decisión de que es un buen momento para entrar en el mercado”, dice Herrera. Esto elimina el exceso de oferta, hasta que la oferta y la demanda se vuelven a equilibrar y se detiene la caída.

Los que se dedican al análisis técnico de las bolsas tienen la posibilidad de identificar los niveles de soporte, aunque, recordando que el comportamiento de las bolsas no tiene una fiabilidad del 100%, esto no se puede garantizar.

Mientras, el nivel de resistencia es lo directamente opuesto al nivel de soporte. “Esto se produce cuando un precio creciente topa con cierta resistencia para detener su avance y, potencialmente, vuelve a caer”, cuenta Rafael Ojeda, analista macro de Fortage Funds.

De esta manera, los posibles vendedores ven la subida del precio y deciden que es un buen instante para vender. Todo ello produce más oferta en la bolsa, lo que finalmente se pone al nivel de la demanda reequilibrando el mercado hasta que se detiene la subida.

En el caso de que el no supere un nivel de resistencia, algunos expertos piensan que es posible que siga subiendo hasta que alcance el siguiente nivel.

Asimismo, una media móvil es un indicador de tendencia basado en precios pasados. Esta variable se calcula a través de un número al azar de sesiones, que después se dividen entre el número de periodos.

Además, se utilizan no solo para identificar la dirección de la tendencia, sino también para la entrada en una operación concreta”, destaca Cárpatos.

Del ratio relación precio-beneficio o PER a la rentabilidad de los fondos propios o Return on Equity (ROE)

Siguiendo este mismo hilo, uno de los ratios más representativos en bolsa es el conocido como PER o relación precio-beneficio de una compañía. “Es una variable bastante utilizada que permite dilucidar si el precio de una acción es elevado o si, por lo contrario, no está sobrevalorada (está barata)”, asegura Ojeda.

De este modo, este ratio viene a indicar cuántas veces está contenido el beneficio neto anual de una compañía al comprar una acción suya. Se obtiene dividiendo la capitalización bursátil de una compañía entre su beneficio neto.

Realmente lo que permite describir es el número de años que tardará el titular de una acción en recuperar su inversión teniendo en cuenta las ganancias que genera una compañía”, resalta Herrera.

Así, cuando el PER es más alto, se traduce en que el inversor está pagando más dinero por cada unidad de beneficio que genera la empresa.

Por ejemplo, cuando el PER de una compañía es superior a 20, es posible que esté sobrevalorada por los inversores o que se esté produciendo una burbuja en el sector en el que se enmarca”, dice Cárpatos.

Eso sí, el PER no debe tomarse como un valor absoluto. “En cambio, sí puede ser útil comparar el PER de una compañía con el de un competidor, con el PER medio del mercado o el PER medio histórico de la acción”, añade el responsable de inversiones de Gloversia Eafi.

Mientras, otro de los ratios más utilizados para averiguar en qué empresas es más interesante invertir es el ROE (Return on Equity, del inglés). Principalmente, permite determinar qué beneficio obtiene una empresa por cada euro de capital invertido.

El ROE es el porcentaje resultante de dividir el beneficio neto de una empresa después de pagar impuestos por sus fondos propios o capitales propios. “Cuanto más elevado es, mayor será la rentabilidad que pueda generar una empresa invirtiendo sus propios recursos”, ejemplifica Herrera.

Igual que sucede con el resto de ratios, es útil si se compara con el ROE medio del sector al que pertenece la empresa y con el de sus más directos competidores.

El beneficio por acción y la rentabilidad por dividendo pueden ser una de las referencias clave para saber cuándo entrar al mercado

También es bastante común fijarse en los parámetros –especialmente en Estados Unidos– del beneficio por acción. Este se calcula dividiendo el número total de acciones que tiene una empresa por sus ganancias.

Esta métrica lo que permite determinar es qué parte del beneficio obtenido por la empresa recibirá el titular de una acción”, cuenta Cárpatos. “Mide muy bien la capacidad de crecimiento a largo plazo de un negocio que cotiza en bolsa”, agrega.

Por otra parte, la rentabilidad por dividendo indica qué beneficio va a obtener el accionista por reparto de dividendos. “Por lo general, una compañía reparte dividendos cuando su situación es buena”, afirma Ojeda. Aunque no siempre es el caso, es un factor a tener en cuenta a la hora de comprar acciones.

La rentabilidad por dividendo se mide en porcentaje y permite conocer qué parte del dinero invertido recupera el accionista con el reparto de dividendos. “Las dos vías de obtener rentabilidad al invertir en acciones, son el aumento de su precio bursátil y rentabilidad por dividendo”, profundiza Herrera.

El ratio de endeudamiento, el balance de una empresa y los flujos de caja o cash flow: las métricas que sirven como punto de partida

A todo esto, hay que sumarle que como inversores saber cuál es el nivel de solvencia de una empresa es fundamental cuando se busca invertir con estabilidad. De este modo, conocer el volumen de deuda de una compañía con respecto a su patrimonio neto es clave.

Permite hacerse una idea del peso que tiene la deuda en la compañía y si esta tiene capacidad para devolverla con el capital que factura”, ahonda Cárpatos.

Otras variables en las que el inversor se ha de centrar cuando se adentra en el mundo de los mercados es la facturación de una compañía. “Esto son todos los ingresos que ha obtenido gracias a sus actividades”, explica Herrera.

Pero también el beneficio neto de una compañía, que se calcula restando los gastos a los ingresos generados en un periodo determinado. “Es decir, se trata del dinero que le queda a una compañía tras haber pagado deuda, impuestos u otros gastos”, expone Ojeda.

Resulta esencial conocer si la compañía en la que queremos invertir factura con su actividad y si esta facturación le reporta beneficios. También, es importante saber qué volumen de beneficios ha obtenido en los últimos años y si estos han ido aumentando de forma progresiva.

En último lugar, los flujos de caja o cash flow recogen información relevante sobre la salida y entrada de dinero en una empresa durante un periodo determinado. Son un indicador importante de la liquidez que tiene una compañía y de su capacidad para hacer frente a su deuda, para recomprar acciones o para realizar inversiones sin tener que endeudarse.

Por este motivo, es un dato muy revelador. “Una compañía unos flujos de caja o cash flow recurrente y con unos niveles de deuda moderados, suele tener mayor potencial de apreciarse en bolsa y generar valor para sus inversores”, termina Herrera.

En conclusión, hay una serie de ratios que son referencia clara para invertir con un mayor grado de éxito. Lo que está claro es que siempre que se mueve el dinero propio se debe hacer con responsabilidad. Para ello, los expertos siempre recomiendan una constante formación y prudencia con las operaciones que se acometan.

Las valoraciones vertidas por nuestros expertos son opiniones de carácter particular y no representan una recomendación de inversión concreta. Para maximizar los beneficios de tu capital consulta con un especialista para que te asesore conforme a tus necesidades.