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Aprender a comunicarte es uno de los elementos clave si quieres que tu negocio de verdad tenga éxito. Como empresario o autónomo, necesitas tener unas buenas habilidades comunicativas. Por eso, aquí te queremos explicar qué es un elevator pitch y cómo elaborarlo.
Más allá de la formación académica o de los años de experiencia, es fundamental saber comunicar. Esta habilidad es una de las soft skills más demandadas por las empresas. Se conoce como tener un buen elevator pitch y nunca sabes en qué momento lo vas a necesitar.
El elevator pitch es un discurso breve, que puedes utilizar en contextos muy diferentes dentro del mundo laboral. Sobre todo, lo importante es que sea impactante y persuasivo. No sólo es muy útil para vender, sino también para exponer o presentar una idea de forma más atractiva.
Si quieres sorprender a tus clientes con una idea, cerrar una negociación o incluso preparar una entrevista de trabajo, estas son algunas de las claves que necesitas conocer para que sea un éxito.
Eso sí, el principal requisito de este discurso es que debe durar entre 30 segundos y uno o dos minutos. Si no es breve y además no estás contando algo relevante, no es un buen elevator pitch.
Para hacer el mejor elevator pitch, tienes que ser claro, conciso y convencer con tu mensaje. Tienes que dar respuesta a varias preguntas que son clave: quién eres, a qué te dedicas y cuál es la idea que quieres contar.
Tu discurso tiene que llamar la atención de la persona a la que vaya dirigido. Por eso, tú mismo tienes que creerte lo que estás contando. Tu historia o idea debes transmitirla con pasión. Si te conviertes en un experto, mucho mejor.
Para ponerte en situación, imagínate entrar en un ascensor y sólo tener unos pocos segundos para convencer a tu interlocutor. En ese momento, tienes que marcar la diferencia. Entonces ¿cuáles son las claves para hacerlo bien?
Ahora que sabes qué es un elevator pitch y cuáles son sus principales características, estas son algunas recomendaciones para crear el tuyo:
Este es el primer paso. Antes de empezar a crear tu elevator pitch, debes conocer muy bien al público al que irá dirigido. Puede ser una persona o varias. Esto te permitirá saber qué tipo de mensaje puede ser más impactante.
No es lo mismo elaborar un discurso para tu entrevista de trabajo que para un cliente de tu agencia de comunicación o para el principal inversor de tu empresa. Esto lo tienes que tener siempre muy presente.
Tienes que adaptar tu mensaje al tipo de audiencia que va a escucharlo. Como te decíamos antes, el tiempo es otro punto fundamental. Ten en cuenta cuánto tiempo vas a tener disponible. Aunque sea un discurso breve, no es igual contar con 30 segundos que uno o dos minutos.
Para ello, lo mejor es estructurar toda la información:
En los primeros segundos, te recomendamos presentarte a ti mismo y tu proyecto de forma muy breve. Desde el primer instante, debes impactar. De lo contrario, el receptor del mensaje perderá el interés muy rápido.
Después, amplía tu idea y explica cuál es el problema al que vas a dar solución. Esto es imprescindible, así que debes ser muy práctico. No utilices frases muy largas. Mejor cortas, pero concisas.
Más adelante, debes matizar tus puntos fuertes y dejar bien claro qué te hace especial del resto. ¿Por qué deben elegirte a ti? ¿Qué haces tú para marcar la diferencia?
Para cerrar, reitera tus cualidades, resuelve cualquier duda y deja la puerta abierta a un próximo encuentro o próxima reunión.
No te vendrá mal redactar un guion en el que apoyar y ordenar tus ideas. Para hacer bien tu elevator pitch, debes sintetizar bien todo lo que quieres decir. Si no es posible decirlo todo, al menos sí lo más importante.
Sobre todo, ten clara cuál es la idea, el proyecto o el servicio que vas a ofrecer. Además de hablar brevemente sobre ti, menciona el nombre de tu empresa o proyecto.
Aunque lo más importante para ti sea vender, la actitud dice mucho más que el objetivo que tengas. Por ello, muéstrate flexible y abierto ante las posibles propuestas que puedan ofrecerte.
A veces, no todo es blanco o negro. Trata de generar interés con tus palabras. Puedes acompañar tu discurso de alguna anécdota, que aporten cercanía. Esto también requiere que te adaptes a preguntas o situaciones inesperadas. En este caso, tendrás que hacer una buena improvisación.
Puedes referirte a la competencia, de forma indirecta, en algún momento. Sin embargo, no necesitas hablar de ella con nombres y apellidos. Esto hará que la atención se centre en ella, pero ese no es el objetivo.
Aquí lo fundamental es que tú mismo sepas qué te diferencia de otros. Habla siempre a tu favor y resalta tus puntos fuertes.
Si quieres vender bien, tienes que saber qué es lo que necesita tu público. Esto hará que puedas dar una alternativa y aportar una buena solución. Nadie quiere escuchar un discurso, corto o largo, que no aporta valor.
Aquí puedes aprovechar para dejar tu marca personal. No siempre es posible, ni necesario, hacer cambiar de opinión a quien tienes delante. En cambio, lo que sí puedes es crear un elevator pitch atractivo que merezca la pena iniciar una conversación. Un "call to action" o llamar a la acción siempre funciona.
Por último, sé inolvidable. Aunque te resulte difícil, sólo necesitas ser tú mismo. Para ello, tienes que poner sobre la mesa tus mejores habilidades comunicativas.
Lo más importante no es lo que dices, sino cómo lo dices. Si consigues crear un recuerdo en aquel que te está escuchando, tu elevator pitch ha sido un éxito.
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