Contrato permuta: qué es y cómo se hace de forma correcta


Seguramente, hayas tenido que redactar o firmar un contrato de compraventa en alguna ocasión. La mayoría estamos familiarizados con este tipo de acuerdos, que consisten en el intercambio de un bien por una cantidad de dinero concreta.

Ahora bien, existe también el llamado contrato de permuta, que sí es desconocido para muchos.

La permuta, según se define en los diccionarios, es el intercambio de un bien por otro sin involucrar dinero, salvo en algunos casos. ¿Alguna vez has llevado a cabo un acuerdo de este tipo? Si no lo habías escuchado hasta el momento, o no sabes bien cómo funciona, te lo explicamos con detalle a continuación.

¿Qué es el contrato de permuta?

Como adelantábamos en la introducción, el contrato de permuta establece el intercambio de un bien por otro sin involucrar dinero. Esta definición, tiene carácter general, ya que hay ocasiones en las que sí se puede añadir una parte económica al acuerdo.

Por ejemplo, si compramos un coche nuevo a cambio de uno de segunda mano, es lógico que este se entregue junto a una cantidad que compense la diferencia.

El contrato de permita se da siempre entre dos partes, que pueden ser empresas (hablando entonces de un contrato de permuta mercantil) o bien celebrarse entre particulares.

Una de las partes, obliga a la otra a entregarle un bien, mueble o inmueble, a cambio de otro. El acuerdo debe establecer las bases de dicho intercambio.

Si nos remontamos a los orígenes de dicho contrato, estos se hallan en el antiguo trueque, que es a su vez el origen de la compraventa.

En tiempos en los que todavía no existía el dinero físico, para adquirir un bien de forma justa, el único modo era intercambiarlo por otro que se considerase de valor similar.

Características del contrato de permuta

El contrato de permuta entre particulares o empresas, se caracteriza por lo siguiente:

  • Consensuado: Las dos partes firmantes dan su consentimiento para la celebración de dicho contrato, dando fe de su voluntad explícita.

  • Recíproco: Por ley, para que el contrato sea válido ambas partes deben comprometerse a la entrega de un bien.
  • Oneroso: La entrega de un bien de una de las partes es causa de la entrega de otro bien por parte del otro firmante.
  • Bilateral: Esto significa que establece derechos y también obligaciones, en este caso, el derecho a recibir un bien a cambio de la obligación de entregar otro.
  • Traslativo de dominio: El contrato se consuma en el momento en que se entrega el bien, transmitiendo así la propiedad a otra persona física o jurídica.
  • Ambas partes deben ser de la misma naturaleza: Ambas partes deben tener la naturaleza de persona física o jurídica, sin que sea posible realizar el contrato entre una empresa y un particular.
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Tipos de contrato de permuta

Los contratos de permuta, varían su tipología dependiendo de la naturaleza de los bienes intercambiables en ellos. Fundamentalmente, pueden ser de tres clases:

Contrato de permuta de viviendas o inmuebles

Consiste en el intercambio de viviendas, locales, terrenos, etc., con un valor similar. En caso de no haber deudas pendientes sobre estos bienes, la ejecución del contrato es sencilla.

Si el valor de ambas cosas no sea idéntico, se puede añadir una cantidad económica que compense la diferencia.

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Los requisitos de este contrato son similares a los de un contrato de compraventa: la entrega de las propiedades puede ser simbólica (dando las llaves).

Eso sí, deberán entregarse también los documentos de propiedad, así como el comprobante de pago del último impuesto, cancelar los recibos de suministros y cualquier deuda que quedara pendiente.

Contrato de permuta de muebles

Las condiciones son las mismas que en el caso de bienes inmuebles, con la única diferencia de que los muebles pueden llevarse al lugar de la entrega. En este caso, hablamos de coches, materia del trabajo, mobiliario, etc.

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Cabe destacar que el titular no tiene que estar inscrito en el Registro de la Propiedad, salvo que el contrato así lo estipule.

Contrato de permuta de derechos y servicios

Lo derechos como el usufructo, una herencia, derechos de sucesión, etc., pueden también intercambiarse a través de un contrato de permuta, al igual que los servicios, siempre y cuando sean del mismo valor.

En caso contrario, como sucede con los anteriores, puede añadirse una cantidad económica al acuerdo.

Resolución del contrato de permuta

La resolución del contrato se produce cuando este se deja sin efecto. En el caso de los contratos de permuta, esta puede producirse por dos causas: vicio oculto o evicción.

La evicción es la pérdida de una propiedad por sentencia judicial. En caso de que le suceda a una de las partes, no estaría en disposición de realizar la entrega acordada debido a que ya no se le consideraría dueño de ese bien.

En ese caso, la parte afectada podría reclamar, bien exigiendo una indemnización por daños y perjuicios, o bien la devolución de lo que él entregó.

El segundo motivo por el que se podría producir la resolución del contrato de permuta son los vicios ocultos.

Esto se refiere a la presencia de defectos que no sean perceptibles a simple vista, o hayan sido ocultados por una de las partes con mala fe. Podemos estar hablado de defectos en bienes muebles, o incluso de deudas pendientes en bienes inmuebles.

Si se descubren estos vicios ocultos a posteriori, el afectado podrá reclamar la devolución del bien que entregó, y la otra parte estará obligada a subsanar el problema.

En definitiva, si bien es cierto que el contrato de permuta puede aplicarse en multitud de ocasiones, se trata de un tipo de acuerdo que no es muy habitual hoy en día.

Por tanto, no nos sorprendería que no lo conocieras. Aun así, es importante saber cómo hacerlo, y si tienes dudas, no pasa nada, para eso estamos nosotros. Desde Yoigo Negocios te ofrecemos nuestros servicios y ayuda a través de nuestra web o llamando al 900 622 500.