La discriminación laboral es una realidad incómoda que puede darse de manera recurrente en el mundo empresarial. En mayor o menor medida, hay personas a las que ciertos compañeros o superiores les ponen las cosas más difíciles.
La discriminación se manifiesta de numerosas maneras. En todas ellas, las empresas están obligadas a combatirla, no solo por ética, reputación y sentido profesional, sino también porque la ley así lo determina.
En los casos de discriminación laboral más graves, el afectado puede denunciar a aquellos que están perjudicando su carrera profesional e, incluso, su vida personal. Sin embargo, existen numerosos casos que nunca salen a la luz.
Las situaciones de discriminación más sutiles pueden pasar desapercibidas, con el consecuente perjuicio para la víctima, que no encuentra una forma satisfactoria de denunciar ante otros la situación que está viviendo.
Por eso, es fundamental que la empresa establezca canales claros de denuncia, así como una actitud de escucha ante cualquier empleado.
Las consecuencias de la discriminación laboral pueden ser graves y suelen afectar siempre a la salud mental y al bienestar del trabajador. ¿Cómo prevenir la discriminación laboral?
La discriminación laboral es esa situación que se produce en el entorno laboral cuando a un empleado se le trata de manera diferente por razón de sus atributos o características personales, como la raza, el género, el lugar de procedencia, etc.
Es decir, se trata del trato diferenciado a un trabajador o miembro de la empresa por razones diferentes al desempeño de sus funciones laborales.
Ese trato diferenciado se realiza en contra de la víctima, que debido a dicha discriminación por razones ajenas al trabajo se ve perjudicada en términos salariales o limitada en el ejercicio de sus derechos laborales: promoción, vacaciones, etc.
Es decir, la discriminación laboral afecta directamente a las posibilidades de crecimiento laboral en la empresa, pero no solo. Desgraciadamente, la discriminación laboral también suele tener efectos nocivos en la salud del trabajador y en su vida personal.
Existen muchas formas de discriminación laboral y no siempre son evidentes. En tu empresa puedes encontrarte con situaciones de discriminación directa, que son las más fáciles de detectar, que implican un trato desfavorable por razones de raza, sexo, religión u otras.
Por poner un ejemplo de esta realidad, puede ocurrir que alguien no promociona como el resto de sus compañeros de empresa por ser mujer, por ser musulmán o por su estado civil. Las causas de la discriminación laboral son numerosas. Por:
En las empresas también se producen situaciones discriminatorias de manera indirecta, pero que pueden ser igual de perjudiciales. En este caso, una regla general y aparentemente neutra afecta e impacta negativamente en una persona o un grupo de personas.
Además, no podemos dejar de mencionar el acoso laboral y el mobbing que se produce cuando se producen comportamientos ofensivos contra la víctima, intimidación e, incluso, maltrato psicológico.
Los principales síntomas que sufre la víctima empiezan con preocupación que puede desencadenar problemas de salud mental, depresión o ansiedad, además de frustración y sensación de malestar.
Y todo por una causa totalmente ajena al desempeño laboral y, lo que es peor, cuya motivación en muchos casos atenta contra los derechos humanos más elementales.
En situaciones de discriminación laboral, los empleados no solo no son productivos, sino que viven una espiral de degradación del ambiente laboral que va en contra de la empresa.
Al final, una situación de discriminación laboral, además de un caso ética y legalmente denunciable, es una causa de baja productividad, mal ambiente e insatisfacción entre los trabajadores.
En concreto, en España existen numerosas leyes que identifican la discriminación laboral como un acto punible, ya sea por vía administrativa o penal.
Así, podemos empezar por el artículo 14 de la Constitución de 1978, que recoge el derecho a la igualdad y a la no discriminación por nacimiento, la raza, el sexo, la religión u opinión, y que prohíbe la discriminación (de cualquier tipo, no solo laboral) por cualquier circunstancia personal o social.
En ese sentido, la Declaración Universal de Derechos Humanos de 1948 ya recogía a nivel internacional esta misma prohibición.
En la misma línea, la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea y la Carta Social Europea ahondan en la prohibición de cualquier tipo de discriminación.
En el caso de discriminación por razón de sexo, la legislación se ha desarrollado a nivel nacional por la Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, y por Real Decreto-ley 6/2019, de 1 de marzo. Mientras que a nivel europeo con las Directivas 2002/73/CE, 2004/113/CE y la 2006/54/CE.
Además de todas las justificaciones éticas y legales, la discriminación laboral opera totalmente y directamente en contra de los objetivos operativos y estratégicos de cualquier organización.
Aunque la discriminación laboral es una realidad desgraciadamente habitual en todo tipo de entornos laborales, que a veces es muy difícil de detectar y frenar, podemos darte algunas claves para su prevención.
Compartimos algunas soluciones para evitar la discriminación laboral e ideas para la prevención de la discriminación laboral:
La contratación de personal y la promoción interna deben estar bien definidas por parte de la empresa, de manera que todos los trabajadores tengan claro sus posibilidades y las de los demás. De otra forma, pueden pensar que solo se promociona por amiguismo.
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